Sueño Federico García Lorca

ODA AL VERANO DE PABLO NERUDA

Verano, violín rojo,
nube clara,
un zumbido
de sierra
o de cigarra
te precede,
el cielo
abovedado,
liso, luciente como
un ojo,
y bajo su mirada,
verano,
pez del cielo
infinito,
élitro lisonjero,
perezoso
letargo
barriguita
de abeja,
sol endiablado,
sol terrible y paterno,
sudoroso
como un buey trabajando,
sol seco
en la cabeza
como un inesperado
garrotoazo,
sol de la sed
andando
por la arena,
verano,
mar desierto,
el minero
de azufre
se llena
se llena
de sudor amarillo,
el aviador
recorre
rayo a rayo
el sol celeste,
sudor
negro
resbala
de la frente
a los ojos
en la mina
de Lota,
el minero
se restriega
la frente
negra,
arden
las sementeras,
cruje
el trigo,
insectos
azules
buscan
sombra,
tocan
la frescura,
sumergen
la cabeza
en un diamante.

Oh verano
abundante,
carro
de
manzanas
maduras,
boca
de fresa
en la verdura, labios
de ciruela salvaje,
caminos
de suave polvo
encima del polvo,
mediodía,
tambor
de cobre rojo,
y en la tarde
descansa
el fuego,
el aire
hace bailar
el trébol, entra
en la usina desierta,
sube
una estrella
fresca
por el cielo
sombrío,
crepita
sin quemarse
la noche
del verano.

jueves, 20 de noviembre de 2014

¿Qué recuerdos guardas de tus primeras lecturas?

- ¿Qué recuerdos guardas de tus primeras lecturas?
- Pues mi primer recuerdo es el de mis padres leyéndome. Ambos eran músicos y la escucha, los sonidos, el oído, eran elementos muy importante en la vida diaria. Recuerdo que mi madre entonaba musicalmente los cuentos infantiles clásicos que me leía y que mi padre, que era muy buen narrador oral, se inventaba historias absurdas, de humor, de las que hacía variantes cada vez más retorcidas y graciosas. En una segunda etapa, llegaron a mi vida los disco-libros, que reproducía en un tocadiscos que había heredado. Así aprendí a leer el cuento del rey desnudo o el de Alí Babá. Los aprendí a leer escuchándolos. Para mí los libros eran objetos que se me metían en la oreja. Siempre había una voz dentro de ellos. Eso también ha influido mucho en mi manera de escribir, en el ritmo, en la necesidad de escuchar esa voz para ponerme a escribir.

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